La fruta en una dieta saludable
Una lectura descontextualizada sobre algunas de las corrientes más actuales en dietética proyecta la sombra de la duda al respecto del consumo de fruta. ¿Hacemos bien eliminando las frutas de nuestra dieta por el hecho de que estas contengan azúcar? La respuesta es que no y en este post se aportarán las razones.
Alentar el consumo de determinados grupos de alimentos entre la población general está fuera de toda duda. Uno de esos grupos es el que engloba a las frutas. Sin embargo, hay quien con una visión sesgada de la situación criminaliza su consumo ya que las frutas, si por algo se caracterizan, es por su aporte de azúcares… Analicemos esta forma de razonar, ¿es cierto que las frutas se caracterizan por aportar azúcares?
La fruta por dentro (y no hablamos del hueso)
Habiendo tantos tipos de frutas, y dentro de estas tantas variedades, se hace bastante complicado hablar del contenido nutricional de las frutas ya que siempre será posible encontrar excepciones y el tener que hacer matizaciones para casos concretos. En cualquier caso, las frutas, así en genérico, si por algo se caracterizan es por aportar muy pocas calorías por unidad de peso. De hecho, en una valoración subjetiva, el 99% de las frutas están por debajo, o muy por debajo, de las 90 kcal por cada 100 gramos. Este dato tiene una relevancia importante ya que lo que de él se deriva es que las frutas no tienen grandes cantidades de ninguno de los tres macronutrientes principales (ni de grasas, ni de proteínas ni de hidratos de carbono –grupo genérico al que pertenecen los azúcares-). Estos tres elementos son los únicos responsables, en general, de aportar calorías a un alimento. De hecho, las calorías que atribuimos a no importa qué producto dependen casi en exclusividad de la proporción de los mencionados macronutrientes (también llamados principios inmediatos). Por lo tanto, lo más importante cuantitativamente hablando en el peso de las frutas es lo único posible, el agua. Así pues la fruta es, por lo general, muy rica en agua y pobre en macronutrientes.
No obstante, si consideramos solo los tres principios inmediatos, son los hidratos de carbono, frente a los otros dos, los que destacan de forma importante. Y entre estos los azúcares en forma de: fructosa (monosacárido característico de la fruta y de ahí su nombre), sacarosa (un disacárido formado por la unión de dos monosacáridos, glucosa y la mencionada fructosa), glucosa y luego otros azúcares en una mucho menor proporción relativa.
Pero antes de quedarnos solo con estos datos, hay importantes consideraciones que hacer sobre la fruta como alimento. En realidad es mucho más que un producto que reúne agua y azúcares. Así se podrían definir los mal llamados “refrescos” con gas o sin él, los zumos comerciales al uso… o incluso los “naturales”, las bebidas energéticas y cosas por el estilo. Pero la fruta no. Además del aporte mencionado en azúcares la fruta destaca por ser una fuente apreciable de vitaminas, minerales, fibra y de otros interesantes fitonutrientes, cuestiones todas ellas que cambian de manera importante la perspectiva general que se ha de tener de este grupo de alimentos.
Consensos y recomendaciones: la fruta debe formar parte de un patrón de vida saludable
Uno de los mensajes más rotundos y sostenidos durante más tiempo por la Organización Mundial de la Salud a este respecto es claro y contundente:
Ingerir un mínimo de 400 gramos al día entre frutas y verduras con el fin de prevenir enfermedades crónicas tales como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad […]
La OMS aporta, además, una serie de datos importantes:
- Un consumo suficiente de frutas y verduras podría salvar hasta 1,7 millones de vidas cada año.
- La ingesta insuficiente de frutas y verduras es uno de los 10 factores principales de riesgo de mortalidad a escala mundial.
- Se calcula que la ingesta insuficiente de frutas y verduras causa en todo el mundo aproximadamente un 19% de los cánceres gastrointestinales, un 31% de las cardiopatías isquémicas y un 11% de los accidentes vasculares cerebrales.
Este posicionamiento está basado en una demoledora evidencia científica, con numerosos e importantes estudios, entre ellos:
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El consumo de frutas y verduras y la mortalidad por todas las causas, enfermedades cardiovasculares y cáncer: revisión sistemática y dosis-respuesta. Meta-análisis de estudios de cohorte prospectivos, que concluye: “este meta-análisis proporciona una prueba más al respecto de que un mayor consumo de frutas y verduras está asociado con un menor riesgo de mortalidad por cualquier causa y en particular de mortalidad cardiovascular”
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El consumo de frutas y verduras y el riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2: meta-análisis de estudios de cohorte prospectivos, que concluye: “una mayor ingesta de frutas o verduras de hoja verde se asocia con una reducción significativa del riesgo de diabetes tipo 2”.
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El consumo de frutas y verduras y la diabetes tipo 2: estudio prospectivo EPIC-InterActuact y meta-análisis, que concluye: “algunos tipos de verduras, tales como ciertos tubérculos o algunas verduras de hoja verde pueden ser beneficiosos a la hora de prevenir la diabetes, sin embargo, el consumo general de frutas y verduras puede ejercer un efecto global más débil” [pero nunca negativo]
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El consumo de frutas y verduras y el riesgo de accidente cerebrovascular, que concluye: “el consumo de frutas y verduras se asocia de manera inversa con el riesgo de padecer un accidente cerebrovascular” [es decir, a más consumo menor riesgo]
Frutas sí, pero zumos no
Aunque los productores de zumos se empeñen en convencerte de lo contrario, los beneficios del consumo de fruta entera no son trasladables a los zumos (ya sean “naturales” o comerciales). En este sentido, son diversas las fuentes reconocidas que lo advierten y a modo de resumen basta tener en consideración la opinión de la OMS cuando afirma que los datos científicos muestran una relación probable entre la obesidad y el consumo de azúcar, las bebidas azucaradas y los zumos de fruta … frente al papel protector de la fruta entera. En este sentido, las recientemente publicadas Guías dietéticas para norteamericanos para el quinquenio 2015-20 nos aportan una explicación coherente de este hecho al afirmar que “Aunque los zumos pueden formar parte de un patrón de alimentación saludable, estos contienen mucha menor cantidad de fibra dietética que la fibra y si se consumen en exceso pueden contribuir al ingreso de calorías extra con facilidad”. Así pues, las diferencias en el nivel de saciedad y de las calorías aportadas hacen que no sea equiparable el consumo de fruta con el de sus correspondientes zumos.
En resumen
Las frutas aportan azúcares, eso es indudable, pero no solo aportan azúcares. El conjunto de sus características nutricionales hacen que, sin duda alguna, sin excepción de relevancia conocida y sin fisuras en el mensaje, las frutas no solo pueden formar parte de un patrón de alimentación saludable si no que deben formar parte de él. Tanto por sus múltiples beneficios, como porque con su consumo, bien entendido, se relega al exilio la participación en nuestra dieta de otros productos superfluos e innecesarios.
Por Juan Revenga, dietista-nutricionista y biólogo
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Buenas tardes, Juan, siempre que leo sobre zumos me queda la duda de si un triturado con la fruta entera también tiene el mismo problema… Y también sobre si los diabéticos tienen que ir con especial cuidado con alguna fruta muy dulce o no más cuidado que con un zumo…
Gracias por tus siempre interesantes aportaciones!
Un saludo 🙂
Hola Drosophila!
Como buena (mosca) amante de la fruta que eres habrás de saber que un «triturado» de fruta, de una sola fruta, da para muy poco en lo que al comer-comer se refiere. El hecho de no recomendar zumos y sí frutas por parte de la inmensa mayoría de asociaciones científicas y sanitarias se centra en el poder saciante que sí tiene la fruta como tal y en la menor sensación de saciedad que ofrecen zumos, licuados y triturados al obviar la parte masticatoria del asunto. Además, ten en cuenta que en la mayor parte de los casos un triturado, licuado o zumo suele incluir más de una ración de esas frutas que cuando te las comes solo comes una, y punto. Triturado, licuado o en zumo se terminan incorporando más y, además, hay una cierta probabilidad de repetir que en el caso de comer fruta no se da o si se da, es menor su probabilidad. Es decir, con la estrategia de no comer fruta y si libarla o beberla se suelen
incorporar más calorías que comiéndola y todo ello con menor poder saciante.
En cuanto a la distinción de frutas entre el colectivo de diabéticos es cierto que algunas aportan una mayor cantidad de azúcares que otras y han de tenerlo en cuenta, en especial aquellos pacientes insulinodependientes, pero en cualquier caso no existen, a día de hoy y en contra de lo que se decía antaño (aunque algunos sanitarios lo sigan anunciando) aquello de frutas «prohibidas» para diabéticos, siempre y cuando su estrategia dietética esté dentro de las recomendaciones más racionales. En cualquier caso, es posible que esta cuestión en particular sea objeto de un post en este blog.
Un cordial saludo y gracias por tu comentario e interés
Bajo mi punto de vista creo que se está dando demasiado bombo a «comer fruta» fuente de vitaminas, H2O, hidratos de carbono de absorciòn rápida etc etc.
Creo q dberíamatizarse ese mensaje y mentalizar a la poblaciòn de que NO debemos sustituir las verduras por fruta y que el famosíiiisimo mensaje de «5 piezas al día de fruta» dbe ser cambiado por «… de frutas yyyy verduras»
Juan, leo siempre siempre tus post y me encantan porque soy una apasionada de la «alimentaciòn y nutriciòn» además de ser diabética tipo I desde hace más de 30 años y me gustaría mucho que las personas diabéticas, y más del tipo II supieran y se mentalizaran que «el verde» para personas diabéticas es fundamental, y casi me atrevo a decir que más hojas verdes y menos frutas en nuestra alimentaciòn.
Discúlpame Juan si me meto en este tu campo en el q a todas luces se q tienes más informaciòn que yo, yo solamente aporto mi granito de experiencia.
Un abrazo enorme y gracias poe tus post maravillosos