Diabetes y COVID-19: Por qué es este un grupo de especial riesgo y algunos consejos
Si bien el riesgo a contagiarse por coronavirus es el mismo para todo el mundo, las consecuencias para las personas con diabetes pueden ser mucho más graves
La Asociación Británica de Diabetes, una de las instituciones mejor consideradas en el panorama mundial sobre diabetes, sostiene que cualquier persona con diabetes, ya sea de tipo 1, tipo 2 o gestacional, corre el riesgo, de desarrollar una enfermedad grave si se contagian con coronavirus, aunque al final la forma en que la que se puede ver afectado cada paciente variará de una persona a otra… entonces, ¿como cualquier otra persona? Pues no, como cualquiera que no sufra diabetes, no.
Todo apunta a que el colectivo de personas con diabetes parece especialmente sensible, no tanto por la probabilidad de verse afectado por la infección de coronavirus, pero sí probablemente por sufrir mayores complicaciones una vez infectados. E incluso por tener una probabilidad significativamente superior de fallecimiento en relación a la población general sin diabetes. O al menos eso parece a partir de los datos epidemiológicos de una enfermedad con la que apenas llevamos conviviendo desde hace 4 meses.
De momento una teoría, plausible, pero una teoría
Una muy reciente publicación en The Lancet sobre las comorbilidades más habituales de las personas que han fallecido en China víctimas del COVID-19 se hace eco de tres estudios realizados hasta la fecha:
- En el primero, en un grupo de 52 pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos, el 22% de ellos tenían diabetes.
- En el segundo, sobre un total de 1099 pacientes con la enfermedad confirmada, de los cuales 173 tenías una sintomatología más severa, el 16,2% padecía diabetes mellitus.
- En el tercero, de 140 pacientes que ingresaron en el hospital con COVID-19, el 12% tenía diabetes.
De hecho, estos tres estudios han puesto de relieve que los pacientes con las comorbilidades más frecuentes asociadas a los casos más graves y fallecimientos por COVID-19, es decir, pacientes con diabetes o hipertensión, es frecuente que reciban un tratamiento farmacológico (para su diabetes o la hipertensión) basado en el uso de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA). Es un dato conocido que este tipo de fármacos, los ECA, propician un aumento de la expresión de una familia de enzimas que son precisamente aquellas proteínas que utiliza el virus SARS-CoV-2 para unirse a las células diana. Por tanto, se ha propuesto -e insisto y subrayo esta expresión de “se ha propuesto”- que el uso de estrategias farmacológicas basadas en ECA para el tratamiento de la diabetes u otras dolencias pudiera afectar negativamente a estos pacientes que, por esta causa, podrían ser víctimas de peores consecuencias derivadas de la infección por este u otros coronavirus patógenos en humanos.
Y además de los problemas teóricos, otros más reales
El caso es que los pacientes con diabetes se enfrentan a dos escenarios especialmente complicados frente a COVID-10. Los dos refieren a la dificultad creciente para controlar la glucemia, el primero solo en el caso de que las personas con diabetes que se hayan infectado, y el segundo, que afectará a todos los pacientes, deriva de la situación de confinamiento universal al que está sometida toda la población.
En el caso de infección por COVID-19 -o por cualquier origen- una de las respuestas ante situaciones de estrés metabólico consiste en un aumento de la liberación de glucosa al torrente sanguíneo. El problema añadido en los casos de diabetes es que, tal y como es fácil de prever, este incremento de la glucemia no se va a gestionar de la misma forma que en los casos de pacientes no diabéticos, y supondrá un incremento de los valores de dicha glucemia de forma sostenida. La Asociación británica de diabetes explica en este enlace cómo gestionar la diabetes cuando se está enfermo por cualquier circunstancia.
En relación a la situación de confinamiento, no podemos olvidar que en la mayoría de los casos esto va a suponer una reducción de las posibilidades para mantenerse activo. Recordemos que la actividad física es una de las armas más potentes con las que hacer frente tanto al riesgo de padecer diabetes, como a la misma una vez diagnosticada.
Mantenerse activo sin salir de casa, siendo esta una situación novedosa (como le sucede en este momento a la mayor parte de la población diabética o no) supone todo un reto. No obstante, hemos consultado con Jorge García Bastida, preparador físico, quien nos ha ofrecido algunas alternativas para niveles más básicos:
ESTIRAMIENTOS:
Tumbados en el suelo:
1.Bocarriba, nos abrazamos las dos piernas, cogemos aire por la nariz, durante 5 segundos, y lo soltamos por la boca otros 5 segundos. Repetimos 5 veces (ejercicio 1).
2. Bocarriba y manteniendo una pierna en el suelo, elevamos la otra pierna, sujetándola con las manos por la parte posterior del muslo, hasta notar un estiramiento (sin dolor) en la parte posterior del muslo. Cogemos aire por la nariz, durante 3 segundos, lo soltamos por la boca durante otros 3 segundos, y bajamos la pierna. Repetimos el proceso con la otra pierna (enlace).
3. Tumbados de lado, llevamos el talón de la pierna de arriba hacia el glúteo (es importante que la espalda no se arquee), cogiendo el pie, hasta que notemos que se estira la parte anterior del muslo (el cuádriceps y los flexores de cadera). Cogemos aire por la nariz, durante 3 segundos, lo soltamos por la boca durante otros 3 segundos. Nos tumbamos por el otro lado y realizamos el mismo proceso con la otra pierna (enlace).
A “cuatro patas”:
4. Apoyamos manos, rodillas y pies en el suelo (en una superficie blanda, como una esterilla o cojín). A partir de ahí, subimos la espalda hacia arriba, cogiendo aire por la nariz durante 3 segundo, y volvemos a bajar la espalda hasta su extensión, soltando el aire durante 3 segundos por la boca. (Este ejercicio es el conocido como «cat-camel» VER VIDEO.
EJERCICIOS DE FUERZA Y RESISTENCIA
El circuito se compone de 4 ejercicios que se irán alternando en el orden indicado y se repetirá 5 veces.
Tumbados en el suelo:
1.Flexionamos las rodillas 90 grados, y apoyando las manos y la planta de los pies en el suelo, ejercemos fuerza sobre el suelo, elevando la cadera del suelo (la espalda debe mantenerse neutra, sin movimiento) con un movimiento controlado durante 2-3 segundos, y la bajamos durante 2-3 segundos. Repetimos 8 veces VER VIDEO.
2. En la misma posición anterior, pero con las manos apuntando al techo, elevamos una pierna hasta que esta llegue a 90 grados (la espalda debe mantenerse neutra, sin movimiento) con un movimiento controlado durante 2-3 segundos, y la bajamos durante 2-3 segundos. Repetimos 8 veces VER VIDEO.
A “cuatro patas”:
3.Apoyamos manos, rodillas y pies en el suelo (en una superficie blanda, como una esterilla o cojín). A partir de ahí, elevamos un brazo, hacia delante hasta que quede en línea con el tronco, con un movimiento controlado durante 2-3 segundos, y la bajamos durante 2-3 segundos. Repetimos 8 veces por cada brazo VER VIDEO.
De pie:
4.Nos colocamos delante de un step bajo (o en su defecto el borde de alfombra para que nos sirva de guía) y debemos subir al step (o a la alfombra) dando un paso con un pie, y posteriormente un paso con el otro pie. De manera continuada, salimos de la alfombra, dando un paso hacia atrás con un pie, y posteriormente con el otro pie. De manera que vamos entrando y saliendo de la alfombra durante 1 minuto. El ritmo debe ser similar al de un paseo rápido. Cada semana, se puede aumentar el tiempo de ejecución 30’’. VER VIDEO
Además, el NHS, el Servicio Nacional de Salud británico, aporta una serie de interesantes recursos para hacer distintos tipos de ejercicios, en especial cuando no se cuenta con un gimnasio o no se puede salir de casa.
Consejos de alimentación
Hace unas pocas semanas la Academia Española de Nutrición y Dietética emitió un documento de posicionamiento“Recomendaciones dietéticas ante el contagio y en el caso de pacientes leves”, en el que se desarrollaron siete mensajes claves apartir de una idea genérica principal: “Las recomendaciones dietéticas ante COVID-19 son idénticas que las que se dirigen y se han dirigido siempre a la población general en situación de normalidad”.
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