La diabetes acorta la vida de forma dramática
La diabetes está asociada con un incremento de la tasa de mortalidad del 75% en adultos. Es más, se estima que obtener un diagnóstico de diabetes con 60 años implica un acortamiento de 5 años en la esperanza de vida
Por Juan Revenga
Con estas poco halagüeñas premisas arrancaba la introducción del artículo recientemente publicado en The Lancet, titulado “Tendencias en la mortalidad por causas diversas entre los adultos con y sin diabetes en EE. UU: un análisis epidemiológico de encuestas nacionales y datos estadísticos”.
Así, dejando bien claro que históricamente las complicaciones cardiovasculares han sido la causa de la mayor parte de los fallecimientos entre las personas con diabetes, esta enfermedad está al mismo tiempo asociada con un mayor riesgo de muerte debido muchas otras causas, entre ellas la diabetes en sí misma, la enfermedad renal, el cáncer, las infecciones, la enfermedad hepática entre las más destacadas.
No obstante, a la luz de los recientes datos del estudio hay quien pudiera alegrarse en cierta medida en base a hacer una lectura descontextualizada de cómo han evolucionado de un tiempo a esta parte las distintas causas de muerte. Y es que si bien en la década de 1990 la mitad de las personas con diabetes fallecían por complicaciones cardiovasculares, en la segunda década del siglo XXI el número de fallecidos con diabetes por este mismo tipo de causas reunía a “tan solo” a una tercera parte del total de muertes. Un descenso en la proporción de fallecimientos por esta causa entre las personas con diabetes, que no ha tenido un reflejo proporcional entre la población sin diabetes.
Para los autores del estudio estamos actualmente asistiendo a una diversificación de las causas de muerte entre las personas con diabetes lo que indica la necesidad de insistir en la gestión clínica, la prevención y la observación de una gama de complicaciones más diversas relacionadas con la diabetes.
Ganar una batalla no es, ni mucho menos, ganar la guerra
Es muy importante hacer destacar que cuando se dice que la proporción de los fallecidos por causas cardiovasculares ha descendido no quiere decir que fallezcan menos diabéticos. Al contrario, la proporción de los fallecidos por cuestiones cardiovasculares es menor, pero el número total de fallecidos a causa de las complicaciones de su diabetes es mucho mayor que hace 30 años. Esta es precisamente una de las principales lecturas que se obtienen de este comentario publicado en la misma revista a y a colación del artículo ya mencionado. Por tanto, en este terreno no se debe perder la perspectiva y recordar algunos datos objetivos:
- La International Diabetes Federation estimó que en 2017 había 425 millones de personas con diabetes en todo el mundo.
- Esta cifra supone un incremento de 274 millones de casos frente a los que había en el año 2000.
- En 2017 el número de fallecimientos atribuidos a la diabetes y sus comorbilidades fue de unos 4 millones, frente a los 2 millones del año 2000.
- La tasa de mortalidad es más alta en personas con diabetes que sin ella dentro del mismo género y edad.
Es decir se trata de una epidemia mundial que está progresando a toda marcha. Y hasta cierto punto las causas por las que se termina falleciendo una vez que se tiene diabetes debería importarnos relativamente poco: lo cierto es que cada vez hay más personas con diabetes y que estas ven mermada su calidad y esperanza de vida de una forma significativa en virtud de una amplia variedad de posibles complicaciones.
Es decir se trata de una epidemia mundial que está progresando a toda marcha. Y hasta cierto punto las causas por las que se termina falleciendo una vez que se tiene diabetes debería importarnos relativamente poco: lo cierto es que cada vez hay más personas con diabetes y que estas ven mermada su calidad y esperanza de vida de una forma significativa en virtud de una amplia variedad de posibles complicaciones.
Así, tal y como sostiene esta interesante y premiada conferencia publicada en Diabetes Care: “Diabetes tipo 2: ¿Por qué estamos ganando la batalla pero perdiendo la guerra?”:
“[Desde hace unos años] estamos asistiendo a diversas mejoras en el control de la diabetes, en la disminución de la tasa de sus complicaciones y de mortalidad, y todo ello gracias a las inversiones en ciencia, a la dedicación para implementar estos hallazgos y a la mejora en la calidad de la atención. Sin embargo, esta buena noticia se ve ensombrecida por las cifras absolutas cada vez mayores relativas a personas con diabetes y sus complicaciones, y por el crecimiento sin precedentes de la diabetes en los países de bajos y medianos ingresos.”
La prevención y el empoderamiento de los ciudadanos como claves
Como estrategias para ganar la guerra el autor de esta sublime conferencia propone tan solo dos medidas. La primera de ellas poner todo el énfasis en la prevención primaria. Es decir, evitar los casos de diabetes mucho antes que tratar los ya existentes. Para ello es crucial identificar cuanto antes los casos de prediabetes, en especial en los grupos de riesgo. Y la segunda, la Investigación Global en relación a dos cuestiones:
- Conocer las verdaderas limitaciones de la prevención primaria en referencia al papel de la alimentación y la práctica de actividad física saludables
- Avanzar en la comprensión de las diferencias fisiopatológicas, que nos lleve, quién sabe, hacia una nueva clasificación de la diabetes (tal y como puse de relieve en este post)
Por Juan Revenga, dietista-nutricionista
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