La diabetes avisa (solo si quieres escucharla) y se llama prediabetes
La prediabetes aúna un conjunto de signos que nos avisan, si sabemos escucharlos (es fácil) de la cercanía de un diagnóstico más aciago y difícilmente reversible, la diabetes. Tomar el control entonces es más efectivo que más tarde.
La diabetes tipo 2, esa que antiguamente se conocía como la diabetes del adulto, es ese conjunto de trastornos metabólicos que cursan con una concentración elevada de glucosa en sangre debida a un defecto en la producción de insulina o una resistencia a la acción de la misma (entre otros signos). Las causas de esta diabetes son diversas, incluida la predisposición genética, pero más allá de ella, los estilos de vida en relación con unos malos estilos de vida referidos a la alimentación y la actividad física tienen mucho que decir. Pero que mucho.
De hecho, esos malos hábitos que son parte del signo de nuestro tiempo (con una alimentación especialmente rica en productos azucarados, alimentos ultraprocesados y un estilo de vida marcado por un recalcitrante sedentarismo) desempeñan un papel crucial en el debut de la diabetes tipo 2, te lo contamos en este post al principio de esta andadura.
Los datos, que nos dan la razón a la hora de hacer esta valoración, son elocuentes por sí solos: se estima que hay 425 millones de personas en el mundo con diabetes, y que las previsiones para 2035 son que el planeta acoja a 592 millones de pacientes con esta enfermedad.
Una incidencia insospechada hace decenios y es que, no es por casualidad, se tiene por bien establecido que nuestros actuales estilos de vida son un elemento sobre el que recaen pocas sombras de duda al respecto de su importancia. No será por casualidad que se sostenga que el 70% de los nuevos casos de diabetes tipo 2 pudiera ser evitados si cambiáramos hacia otro patrón de alimentación y de actividad de física. No obstante, antes del fatal diagnóstico –usted tiene diabetes– hay una serie de señales que, estando atentos, podría evitarlo al menos en buena parte de los casos.
Seamos realistas, a día de hoy las oportunidades cotidianas que tenemos de enterarnos de cuál es nuestro pronóstico de salud en este terreno son mucho mayores que las de hace años. Basta un análisis de sangre, como el que se realiza a la mayor parte de los trabajadores de forma anual, para hacer una adecuada lectura de nuestro futuro inmediato en este sentido.
Conociendo la prediabetes
La prediabetes se define inicialmente cuando conocemos que nuestros niveles de glucosa en sangre son más altos de lo normal, pero sin que aún sean lo suficientemente altos como para clasificarse como diabetes. Por esta razón, la prediabetes a menudo se describe como ese “área gris” entre los niveles normales de azúcar en la sangre y los niveles de la diabetes. Es la antesala de la diabetes… vas camino de ella y si no cambias nada de tu estilo de vida acabarás en ella. O con ella. Y te aseguro que no es un plato de gusto. Las comorbilidades asociadas a la diabetes son muchas, y muy poco atractivas.
Es la primera causa de insuficiencia renal crónica, de entrada en diálisis y de necesidad de trasplante renal, tanto en España como en todos los países desarrollados; en personas en edad laboral es la primera causa de alteraciones de la visión; y la mitad de los pacientes que ingresan en un hospital con un infarto agudo de miocardio es diabética; por no hablar de las amputaciones: el 70% de las que se realizan hoy en día se deben a la diabetes, y en éstas personas, los amputados, aumenta el riesgo de mortalidad en los primeros cinco años.
Pero afortunadamente, tal y como decía, podemos evitarnos caer en la diabetes si cuando nos dicen que estamos en su antesala comenzamos a remar para atrás (con fuerza). En principio se trataría de la última oportunidad con la que contamos aunque, todo hay que decirlo, algunos estudios ponen de relieve la posibilidad de reconducir la diabetes. No obstante, la fuerza con la que habríamos de remar para atrás, con un diagnóstico de diabetes, sería titánica y nadie en principio podría garantizarnos los resultados.
Sin embargo, en situación de prediabetes, las probabilidades se inclinarían mucho más a nuestro favor. Solo, insisto, si decidimos tal y como se recomienda, tomar el toro por los cuernos y no caer en la tentadora complacencia de los antidiabéticos orales y seguir con nuestro (mal) planteamiento vital en cuanto a hábitos.
¿Se puede evitar que la prediabetes se convierta en diabetes tipo 2?
Decir sí a esta respuesta, sin ambages, dejaría al autor de estas líneas en la misma situación que cualquier gurú de moda, y no es, ni mucho menos, el caso. Se lo aseguro. De todas formas, la mayor parte de consensos sostiene que las probabilidades de lograr los objetivos relativos a evitar la diabetes tipo 2 desde una situación de prediabetes son mucho mayores que cuando esta ya se ha concretado. Así pues, ¿qué es lo que habría que hacer cuando se es consciente del acecho de la diabetes tipo 2?
Lo más fácil llegado este punto, sería remitir a los lectores a diversos artículos que se han publicado en este canal, por ejemplo cuando hablamos de la Autogestión alimentaria del riesgo de diabetes tipo 2 y del concepto de “comer como un diabético para no llegar a serlo”, o las “nuevas pautas de la ADA para la prevención y tratamiento de la diabetes”.
No obstante y para los más perezosos, vamos a reproducir aquí las recomendaciones de una de las instituciones más reconocidas en el panorama mundial a la hora de hacer frente a una situación de prediabetes, la Comunidad de Diabetes del Reino Unido. Y es algo muy fácil de decir:
- Mejorar el estilo de alimentación
- Seguir una rutina de actividad física adecuada a su situación y posibilidades
Pero quizá, sea algo no tan fácil de hacer. Al final, la comodidad y complacencia de un tratamiento farmacológico (la pastilla) emitido a continuación del fatídico diagnóstico (diabetes o prediabetes) nos haga creer que con ella (la pastilla y sin nada más) ya hacemos lo mejor que se pueda hacer. Y la verdad es que no. Sin hacer de menos la utilidad de los fármacos, el pronóstico de la diabetes-que-viene va a depender más de nuestros estilos de vida en los aspectos mencionados que de cualquier otra cosa. Todo ello teniendo en cuenta la comodidad (pero falsa realidad) que puede suponer para un paciente medio el hecho de contar con una pastilla que lo arregle todo sin cambiar nada más que el hecho de tomar dos pastillas al día. El efecto, y el problema, de la-pastilla-curalotodo lo comenté en este artículo al respecto del colesterol; y en sí mismo un problema.
Recuerda, nunca es suficientemente tarde para retomar el control del riesgo de diabetes, ni tan siquiera cuando ya la tienes. Pero tomar el control más pronto que más tarde es, de largo, sino más fácil, seguro que más eficaz.
[Nota bene: Sé que para la mayoría de los lectores no hace falta la aclaración pero, por si acaso, allá va: el siguiente artículo refiere, solo, a la diabetes tipo 2]
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