Las dietas vegetarianas disminuyen el riesgo de diabetes
Las dietas con una amplia presencia en vegetales frescos, legumbres y cereales integrales ofrecen una estimable ayuda en la prevención y tratamiento de la diabetes tipo 2
Cuando hay dos elementos que comparten actualidad es difícil no ponerlos en relación, en especial si tienen un mínimo común divisor tan notable: la alimentación. Esos dos elementos a los que me refiero son por un lado la diabetes tipo 2, que a pesar de afectar a más de 451 millones de personas en todo el mundo (y se espera que afecte a cerca de 700 millones para 2045) no es precisamente #trendintopic; y por el otro al vegetarianismo, al #veganworld, #vegetarianismo o llámalo como quieras. Como puedes comprobar en cualquier red social, este último elemento es un auténtico fenómeno en cuanto a popularidad. Poniendo como ejemplo Instagram, una de las RRSS de mayor crecimiento en los últimos tiempos, se observa que a la hora de escribir estas líneas la etiqueta #vegan se ha empleado en más de 62,2 millones de ocasiones. Y ya que hablamos de etiquetas y para que pongas en contexto este asunto, es preciso resaltar que la etiqueta #diabetes lleva solo 2,8 millones de usos y #diabetes2, aun menos, solo 13.000 (ten en cuenta que diabetes se escribe igual en castellano que en inglés, cosa que además no sucede con el vegetarianismo, idioma que suele dominar en este tipo de comunicaciones a base de etiquetas (#hastag).
Más allá de las interesantes lecturas que se podrían hacer a la lectura de estos datos, el caso que una reciente publicación ha revisado hasta qué punto el seguir un patrón de alimentación vegetariano (con todas sus posibles versiones) podría estar correlacionado de alguna forma con el hecho de padecer o llegar a padecer diabetes. Así, el artículo “Vegetarian Diets and the Risk of Diabetes” (Dietas vegetarianas y riesgo de diabetes, en español) estudió las publicaciones hasta la fecha realizadas en cuanto el efecto de las dietas vegetarianas en la prevención de la diabetes, en su tratamiento una vez instaurada y a la hora de reducir o retrasar la aparición de complicaciones. Y todo ello, además comparando el efecto de las distintas versiones de vegetarianismo.
Conclusiones demoledoras
La revisión concluyó que está bastante bien contrastado que las dietas vegetarianas saludables de cualquier tipo (ya sean veganas, ovo-lacteo, lácteo, ovo, pesce –que además comen pescado- o incluso semivegetarianas –en las que se incluye pequeñas cantidades de carne-) son un elemento beneficioso en la prevención y tratamiento de la diabetes.
El matiz “dietas vegetarianas saludables”, es sin embargo muy importante. Se pone de relieve que se puede ser vegetariano, en cualquiera de las modalidades señaladas, y al mismo tiempo tener un patrón insano de consumo de alimentos que para nada está relacionado con los beneficios sobre la diabetes del vegetarianismo. De hecho, un refresco de cola, una bolsa de patas fritas, un gin-tonic y una palmera de chocolate pueden ser elecciones aptas para un vegetariano (y dependiendo de las versiones, incluso para un vegano) y como se puede inferir de forma sencilla, constituir pésimas elecciones en el terreno de la salud. Más en especial a medida que las elecciones de este estilo se cronifican.
Por este motivo me parece interesante mencionar un par de interesantes herramientas creadas para medir cuánto saludable es una determinada dieta vegetariana y que se denominan “Índices de saludabilidad de las dietas centradas en vegetales”´; uno de los índices mide aspectos saludables y el otro los aspectos insanos. Así, tras su implementación ambos índices terminaron por arrojar una interesante lectura: cuanto mayor era el índice de las dietas insanas basadas en vegetales mayor era su correlación positiva con la diabetes tipo 2; y a la inversa, cuanto mayor era el índice de las dietas saludables basada en vegetales menor era el riesgo de diabetes tipo 2.
Para que nos quede claro el índice de dieta saludable basada en vegetales considera positivo el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales; mientras que en el índice insano de dietas basadas en vegetales se suman puntos con la presencia de alimentos ricos en almidones, cereales refinados, azúcares añadidos y ausencia de frutas y verduras.
En resumen, las dietas vegetarianas saludables incluyen alimentos que son ricos en fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes, polifenoles, sustancias fitoquímicas a la par que bajas cantidades de grasas saturadas y grasas trans. Además, la naturaleza de los alimentos presentes en las elecciones de los vegetarianos con elecciones saludables y que son portadores de proteínas, es al mismo tiempo rica en fibra y aporta cantidades significativas de vitaminas y minerales beneficiosos. Por su parte, en las características de una dieta vegetariana poco saludable se incluiría la presencia destacada de azúcares añadidos y cereales refinados.
Diferencias entre las distintas dietas vegetarianas
No obstante, también se observó que las distintas formas de entender el vegetarianismo se relacionaron de forma diferente con la prevalencia de la diabetes tipo 2 en cada grupo.
Más en concreto, se encontró que la prevalencia de la diabetes seguía un gradiente ascendente desde el nivel más bajo, los veganos, con un 2,9%, pasando por los lacto-ovo-vegetarianos con un 3,2%, los pesco-vegetarianos con un 4,8%, los semi-vegetarianos con un 6,1% (aquellos que se permitían el consumo de cantidades limitadas de carne) hasta llegar a los no vegetarianos en estudio, en los que la prevalencia de la diabetes tipo 2 fue de 7,6%.
Así pues, las dietas con una amplia presencia de alimentos de origen vegetal podrían ser un interesante aliado en la prevención y tratamiento de la diabetes tipo 2, siempre y cuando las elecciones que se terminen por hacer sean a partir de alimentos saludables. Algo que de algún modo ya apuntamos en los primeros pasos de este blog en referencia al famoso “método del plato” que a fin de cuentas nos ofrece un mensaje muy similar en cuanto a las elecciones alimentarias.
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