Consejos para una alimentación infantil – y familiar – saludable
A quien le gusta comer le gusta cocinar. O eso dicen… No sé qué habrá de cierto en esto o si es al revés y a quien le gusta cocinar le gusta comer (o ninguna de las dos). De lo que sí estoy segura es de que cocinar es fundamental si quieres comer saludable, (mejor o peor, pero cocinar nuestros propios alimentos). Y si queremos que nuestros hijos coman saludable, además de predicar con el ejemplo, debemos hacerles partícipes de su alimentación.
Crear un hábito saludable desde la infancia es fundamental para prevenir la obesidad y la diabetes, patologías que afectan a la calidad de vida de las personas que las padecen y cuyas graves consecuencias llevan a los expertos a afirmar que “es posible que los niños de ahora vivan menos por sus hábitos poco saludables”.
¿Cómo transmitir a niños y niñas el gusto por una alimentación saludable? Un punto importante para que niños y niñas se habitúen a una alimentación saludable – especialmente si estás haciendo cambios en su alimentación – es implicarles, hacerles partícipes de su alimentación.
La complicidad puede ser tu mejor aliado para afianzar un hábito saludable de por vida, si dejas que tus hijos te acompañen mientras cocinas, les picará la curiosidad y querrán ayudarte y comenzarán a disfrutar cocinando (su tendencia natural a la experimentación seguramente hará que te lleves más de una sorpresa) y probando nuevos sabores.
El panorama asusta. Por eso creo que hay que centrarse en los niños, porque sus hábitos se pueden modificar y es más fácil la adherencia a estos.
Anne Raben, coordinadora de “Preview”, programa de la UE contra la obesidad y la diabetes
Consejos para una alimentación infantil – y familiar – saludable
- Almuerzos y meriendas saludables: presta especial esfuerzo en ofrecer opciones saludables de almuerzo o merienda, quizás debas dedicar unos minutos a preparar un almuerzo saludable, en este caso el tiempo es verdaderamente oro. Si necesitas ideas, en este post puedes encontrar muchas.
- Beber AGUA: algo muy importante y que puede resultar obvio, cuando tengas sed, bebe agua, la mejor manera de calmar la sed y evitar calorías vacías (concepto muy bien explicado en el post de nuestro nutricionista, Juan Revenga: Hidratación, calorías y diabetes). Si se acostumbran a preparar su botella de agua para la mochila, la echarán de menos cuando no la lleven. Cantimploras y botellas rellenables se convierten en el mejor aliado.
- Evitar bebidas y lácteos azucarados: nada de refrescos, zumos y bebibles (te sorprenderá saber la cantidad de azúcar añadido de estos últimos).
- Fruta: que frutas estén muy presentes en su día a día, para el almuerzo, como merienda, de postre… Ten en cuenta que la fruta entera siempre es mejor que cualquier zumo de frutas. En la mesa, un frutero siempre a la vista es la mejor invitación a comer fruta.
- Evita tener por casa alimentos no saludables: chucherías y snacks, opciones rápidas y fáciles, ¿para qué? Si ya tienes tu frutero lleno…
- Un desayuno saludable: el desayuno se ha convertido en el momento del día en que nuestras mesas se llenan de cereales, galletas, bebidas azucaradas y otros productos ricos en azúcares añadidos. Evítalo – o redúcelos gradualmente para que el cambio no sea muy drástico – y sustitúyelo por opciones más saludables de desayuno (al final de este post encontrarás algunas pautas).
- Colaborar en la compra y cocina: haz partícipes a los pequeños de la casa, su instinto natural de experimentación y el contacto con alimentos diferentes facilita que quieran conocer nuevos sabores y prueben alimentos nuevos. Cocinando con productos frescos evitamos los alimentos procesados, menos saludables. (Ya lo decía Revenga en su post cocinar más para comer mejor)
- Comer juntos sin distracciones (televisión, tablet o juegos): una oportunidad para disfrutar de un momento familiar. TODOS (si, todos, el móvil lejos de la mesa).
- Refuerzo positivo: valora su esfuerzo, celebra sus logros y los avances para animarles a continuar.
- No les obligues: obligarles es contraproducente. Sigue ofreciendo una alimentación saludable, el buen ejemplo y la constancia tiene sus recompensas a la larga.
Hemos de trabajar para que niños y niñas impregnen en su memoria aromas y sabores de alimentos saludables para que de adultos los reconozcan y disfruten alimentándose saludablemente. Cuanto más entren en la cocina, participen en la compra y tomen contacto con productos frescos más estaremos avanzando para afianzar un hábito de alimentación saludable desde la infancia. Recuerda que junto a una alimentación adecuada, evitar el sedentarismo y realizar ejercicio forman parte de un estilo de vida saludable.
Itziar M. Ceberio
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